Hasta el momento no se nos había planteado la necesidad (mejor obligación) de señalizar algún espacio proyectado. Puede parecer sorprendente porque numerosas intervenciones en el paisaje necesitan señales, indicaciones, carteles…, para ser reconocidas o interpretadas.
Poner nombre a las cosas es complicado, sobre todo si el soporte exigido debe ser muy resistente; vaya, que necesita una gran cantidad de energía para su trabajo. La elección fue el acero corten, material ubicuo, presente en miles de proyectos de arquitectura del paisaje. En nuestro caso era la primera vez que lo empleábamos (tras muchos años de actividad), en parte porque la solución requerida era artesanal, intentando minimizar la manipulación del material; siempre nos había echado para atrás el empleo de metales. Respecto al material en sí, la respuesta parecía obvia, la variación de la pátina, el grano superficial,… su capacidad de integración cromática…, como nos indicaba Matías di Carlo el acero corten evoca el efecto de la tierra comprimida, aglutinada en el interior de la pieza y que se disgrega en superficie.
El diseño es sencillo, un recorte rectangular en plancha con texto perforado. Este recorte se dobla formando un plano horizontal y otro inclinado en los que se sustantiva el espacio que anuncia. El aspecto general es el de una chapa posada en el terreno, sobre una pradera de césped, con una sensación de equilibrio inestable.
Este cartel acompaña la obra de Oasis 2.0, y fue ejecutado con gran precisión por Matías di Carlo, artista-artesano residente en Ronda.
Until this moment, we had not raised the need (best obligation) to signalize any projected space. It may seem surprising because many landscape interventions need signals, signs, posters… to be recognized or interpreted.
Naming something is always complicated, especially if you are obliged to write it on a sturdy support. Anyway, this work will require much energy! The choice was corten steel, ubiquitous material present in thousands of projects of landscape architecture. In our case it was the first time that we used it (after many years), in part because the required solution was handmade, but trying to minimize the handling; besides, it had always driven us back the use of metals. Regarding the material itself, the answers seem obvious: the patina variation, the surface grain, the chromatic integration capacity … as Matias di Carlo pointed put, corten steel evokes compressed earth, bonded inside a workpiece with surface that is slowly disintegrating.
The design is simple, a rectangular plate with perforated text cutout. This plate is folded forming a horizontal plane and another sloped on which is written the name is cut. The general appearance is a rusty plate lying on the ground, on a green meadow, showing an unstable equilibrium.