2014 _ El tiempo naciente

Sobre el abandono, el tiempo y otras cosas

| El fin de año

La llegada del fin de año no deja de sorprendernos. Hacemos cosas inusuales, como echar la vista atrás de manera consciente, tomar distancia y recordar para afrontar lo que viene con una sensación de seguridad.

Este año revis(it)amos nuestro ‘mito’ fundacional: si en 2012 presentábamos la resiliencia desde una perspectiva técnica, en 2013 hemos optado por una aproximación abierta y –por tanto- interpretativa. Necesitábamos una visión despojada de los tecnicismos que nos impedían la trasmisión más completa de este concepto. Hemos optado por una modalidad compleja pero la única válida y viable ahora mismo.

Pablo Trenor || Garuna | Espacio de fotografía

Llevábamos tiempo pensando en él y su reciente exposición ‘Centro’ ya no nos dejaba margen alguno.

¿Por qué Pablo Trenor?

En su obra hemos recuperado una parte de lo que la fotografía (pensamos que) ha perdido durante estos años. Una parte que la acerca a otros lenguajes que surgen de la mirada -como el dibujo-, una aproximación contenida en los límites de la realidad pero que en su imagen reproducida impregna su experiencia. Queríamos su mirar, y queríamos un proceso de despojamiento similar al de Centro, algo que sólo él nos podría ofrecer.

El abandono y ‘los tiempos’

En los primeros contactos con Pablo nuestra aportación fue torpe e ingenua, como nos corresponde a los técnicos. Planteamos el ‘espacio abandonado’ como categoría central en una serie de miradas en las que el desistimiento de la actividad humana evidenciase el potencial resiliente de la vegetación, una parte del ‘devalar da paisaxe’ genialmente intuido por el escritor gallego Otero Pedrayo [devalar, palabra dueña de la intuición de las cosas surgiendo y sucediéndose en el tiempo].

Teníamos que esperar poco. La mirada de Pablo nos abocaba al tiempo como ‘centro’ de nuestra reflexión, al entendimiento de la dinámica del paisaje como la confrontación de diferentes tiempos. Cada una de las imágenes nos permitía discernir los ‘tiempos’  en los que se constituyen los estados de equilibrio [equilibrio otra palabra difícil, pero útil en la argumentación técnica]. El equilibrio del hombre es inestable, caduco y sucesivo,…, el de la naturaleza es entrópico, en la dirección de un tiempo que no es tiempo en la escala humana, que es inexorable y como dice María Zambrano únicamente naciente.

Tenía que ser una serie, y queríamos agarrarnos a lo inexorable del tiempo naciente. Después de todo no tenemos muy claro qué es el tiempo.

EL TIEMPO NACIENTE

Un tiempo que brota sin figura ni aviso, que no mide movimiento alguno ni parece que haya venido a eso. Y que, al no tener figura, de nada puede ser imagen. Un tiempo que no alberga ningún suceso, no se le nota que vaya a ser sucesivo, ni tampoco a seguir o a detenerse. Un tiempo solo, naciente en su pureza fragante como un ser que nunca se convertirá en objeto; divino.

En Claros del Bosque, María Zambrano|

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